domingo, 23 de junio de 2013

SE MUEVEN LAS PIRAMIDES

Fuente Natalio Steiner .Betty Minond www.israelenbuenosaires.com.ar Por Natalio Steiner, co-director de Comunidades Egipto conmemoró hace unos meses el segundo aniversario de la caída del gobierno de Hosni Mubarak y lo hizo en el marco de fuertes protestas contra Mohamed Mursi, el presidente islámico en ejercicio. En la plaza Tahir se escucharon gritos y abucheos contra el " dictador islámico ". Todo ello con varios muertos en el camino y a tan solo seis meses de la llegada de Mursi al poder. Las raíces de la protesta, y del malestar poblacional que aún perdura, hay que encontrarlo en el Egipto profundo. Uno de los aspectos que genera malestar continuo es la desilución de grandes capas bajas de la población por la falta de cambios en la política social y por los intentos continuos de islamización de la sociedad. Queda claro que resulta imposible en pocos meses terminar con años de postergaciones en materia laboral, pobreza, desempleo, vivienda precaria, falta de servicios elementales a la vez que resulta vital el retorno del turismo ( vital en Egipto como fuente de ingresos por su riqueza histórica) y la apertura al ingreso de nuevos capitales occidentales e incluso israelíes. A mayor expectativa de cambio mayor es la frustración cuando estos no se producen. Otro foco de tensión esta dado por las protestas de los mismos jóvenes sin futuro y de formación liberal que hace dos años coparan la plaza. Ellos piensan, con bastante lógica, que la Hermanda Musulmana que representa Mursi ha secuestrado la revolución de sus manos y que el objetivo final es el establecimiento de una teocracia sunnita que reemplace a la dictadura laico-nacionalista de Mubarak. Los reiterados incidentes y protestas aún no ponen en riesgo la estabilidad del gobierno de Mursi. Gran parte de los manifestantes no piensan en su derrocamiento y además el gobierno goza del respaldo de amplios sectores de la población. Egipto es un país ideológicamente partido al medio y con un horizonte político complejo. La amenaza principal es el caos que acecha la estabilidad de un sistema y no de un gobierno. En los próximos años Egipto estará bajo la sombra de grandes y básicos problemas que pueden generar una y otra vez oleadas de inestabilidad. Mursi es conciente de lo que le espera. Algo interesante a tomar en cuenta es que los episodios de violencia contrastaron con la tranquilidad y madurez con que simultaneamente se desarrollaba el proceso electoral de Israel. Según algunas encuestas publicadas en diarios especializados no pocos egipcios manifestaron un cierto reconocimiento del sistema democratico israelí por manejarse con tranquilidad y transperencia a pesar de que la mayoría no comparte la política de entendimiento de Mursi con Israel. Pueden aprender del modelo democratico israelí que cambios de gobierno puden hacerse sin baños de sangre y violencia. Quizas comprender esto pueda llevar más tiempo que las reformas socio-económicas que la sociedad reclama. ¿ y ud. que opina ?. Escribanos a periódicocomunidades@gmail.com