viernes, 28 de junio de 2013

PERASHAT PINJAS

PERASHAT PINJAS 21 de Tamuz de 5773 / 29-06-2013 Encendido de velas de Shabat 17:32 hs. en Buenos Aires HAZ EL BIEN SIN MIRAR A TU ALREDEDOR Al final de la Perashá anterior se da cuanta del episodio en el cual uno de los dirigentes máximos del Am Israel cometió adulterio en público. Y ante la pasividad de Moshé y Aharón, que no se sabían cómo reaccionar, surgió Pin´jas en virtud de que comienza con palabras elogiosas hacia quien arriesgó su vida “para vengar a Su D-os” (Bamidbar XXVIII 13). El libro Jomat Esh observa que la mayoría de los pecadores suelen tratar de justificar sus faltas alegando que “ellos, que son religiosos, también lo hacen”. Y ése es uno de los motivos por el cual los Aséret Hadiberot (Los Diez mandamientos) están redactados en segunda persona del singular (“Honrarás a tu padre y a tu madre…”; “No matarás…”): para que se vea que la Torá fue entregada a cada uno de los Hijos de Israel individualmente, y que el Yehudí no condicione su cumplimiento comparándose con su prójimo. En el caso de Pin´jas, él tenía un argumento muy válido par permanecer inactivo y dejar pasar todo lo que se le presentaba fuente a sus ojos, toda vez que ni Moshé, ni Aharón, ni los setenta Sabios, atinaron a hacer nada para impedir el atropello público y la falta de respecto hacia Hashem. Pin´jas podía haber dicho: “¿Por qué he de hacerlo? ¿Acaso yo soy más temeroso de D-os que todos estos importantes personajes?”. Pero Pin´jas no pensó así. Él consideró que había que actuar inmediatamente para defender el Honor de Hashem, y así lo hizo; sin mirar a su alrededor. Por eso el Pasuk atestigua que Pin´jas “vengo a Su D-os”: Porque en ese instante, Hashem era para Pin´jas, Su D-os, y sobre él recaía la obligación de vengar Su Nombre, aunque nadie de los que lo rodeaban había hecho nada…. (Ma-yená Shel Torá – Pin´jas) EL MEDIO AMBIENTE INFLUYE, SEGÚN LA IDEOLOGÍA DE LA PERSONA El entorno humano que rodea al individuo, es capaza de influir perjudicial o beneficiosamente dependiendo de lo convencido qué esté el individuo de sus ideologías. En medio de un grupo de personas carente de virtudes o de accionar incorrecto, un hombre justo y decente mejoraría aún más su conducta humana, pues vería “desde afuera” cómo los demás persisten en su camino equivocado, provocando esto que el hombre aborrezca el mal y se aleje de él todavía más. Cada vez que presencie la necedad de los otros, el hombre correcto bendecirá su propia suerte, y el haber escogido transitar por la senda correcta. Lo mismo sucede en sentido contrario: El malvado que convive con justos, es el más ferviente enemigo de la Justicia. Éste odiará la rectitud y la verdad, mucho más que aquéllos que no son tan justos ni rectos, pero que no conocen dichas virtudes tan de cerca como él. En la Guemará (Masejet Sanedrín 39) está escrito que el Profeta Obadía, que vivió entre dos malvados y no aprendió de ellos, vaticinó la caída de Esav, que vivió entre dos Tzadikim (justos) y tampoco aprendió nada de ellos. Esav no solo vivió, si no que fue criado y educado por dos Tzadikim: Sus padres Itzjak y Ribká. Todas las excelsas cualidades que vio en ellos no lograron influenciar en absoluto en la formación de su personalidad, y Esav se convirtió en el paradigma de la perversión y la inmoralidad. Cada buena acción de Itzjak y Rivká, contribuía a profundizar más en Esav su odio hacia el amor al prójimo y hacia la elevación espiritual. Y este sentimiento fue transmitido por Esa vea sus hijos y a todas sus generaciones posteriores, quienes no por aferrarse a este mundo así piensan y actúan, sino porque tiene enraizado la aversión a la verdad y la idealización de la mentira desde siempre. En cambio Obadiá se las tuvo que ver permanentemente con Aj´ab Elzébel. Cuanto más cruelmente se comportaban estos reyes, más firme se mantenía el Profeta en su fidelidad hacia Hashem. Y es por eso que fue Obadia, el ejemplo más acabado de no dejarse influenciar por no malo, quien profetizó la caída de los descendientes del pueblo de Esav, el ejemplo más acabado de no dejarse llevar por lo bueno. El Profeta Obadiá es el representante del Am Israel; el pueblo que aun cuando vive rodeado de malos ejemplos, jamás aprende de ellos. Y cuanto más ve en los demás una conducta errónea, más bendice la suerte de haber sido elegido por Hashem como Su Hijo Dilecto, y receptor y poseedor único, de la Torá. (Extraído de Mijtab Meeliahu 1-157) Extraído del libro Hamaor tomo 2