viernes, 14 de junio de 2013

Hacia donde vamos? por Elias Daye

En la sociedad en que vivimos, la obsesión del hombre no tiene límites. Una persona va a una hostería y piensa: “que lindo lugar”, cree que eso es lo mejor. Hasta que viaja y conoce un hotel lujoso y queda sorprendido, en ese instante le preguntan: “¿Volverías a esa hostería”?, “ni loco. Eso delante de esto no existe”. Lo mismo pasa cuando le preguntan a un individuo, que vuelve a las fuentes del judaísmo y conoce el placer de la profundidad de estudiar el Talmud, y las mitzvot y que antes idolatraba la plata como objetivo, y vivía engañando y disfrutando de falsos placeres que le provocaban un vacío. Entonces le preguntan: “¿Volverías a leer novelas de ciencia ficción?, ¿Irías nuevamente a los cafés, cines, teatros etc.?” El hombre diría: “Ni loco, ahora que veo la verdad estudiando la realidad del judaísmo y de mi esencia y que puedo cumplir con las buenas acciones que puedo realizar como judío. No volvería a perder el tiempo en cosas tan vanas; tampoco desgastaría mis fuerzas en algo que no sea productivo.” Nosotros pasamos en esta vida comprando todo lo que nos venden, pensamos que vamos a lograr la felicidad tan ansiada; sin embargo cuando miramos hacia atrás, vemos que todo fue en vano y pérdida de tiempo. Es un momento de reflexión y tiempo de volver a nuestras raíces. Si nos quitamos la tela de prejuicios que tenemos en nuestra mente, vamos a poder vivenciar la felicidad que tanto anhelamos, transitando el camino que D´s nos marcó y nos sigue mostrando cada día. Elías Dayé