lunes, 17 de junio de 2013

GANAR LA SOBERANIA NACIONAL

fUENTE: The Jerusalem Post- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba por YAIR SHAMIR 9/6/13 Debe ser claramente comprendido que nuestra verdadera independiencia no fue ganada en 1948. Aunque funcionamos como un estado desde la epoca en que el primer ministro David Ben-Gurion ley en voz alta la Declaracion de Independencia, no habiamos ganado la confianza de la comunidad internacional, y especialmente de las superpotencias de la epoca, con respecto a la capacidad de nuestra nacion de durar. La Guerra de Independencia tuvo un gran resultado militarmente. Pero, hubo pocos logros diplomaticos verdaderos que la acompañaran. Nosotros habiamos ganado pocos amigos en la comunidad internacional, con algunos estados incluso tratando de deshacer diplomaticamente lo que habia sido logrado militarmente. Sin embargo, despues de la guerra de 1956, la comunidad internacional supo que estabamos firmemente en el mapa, una fuerza a ser tenida en cuenta en la region y una parte importante de la alianza occidental. Esto fue muy testimoniado a traves de nuestra relacion con Francia, la cual ayudo en la construccion de infraestructura de transportes, fomento la cooperacion academica, ofrecio ayuda tecnologica y quizas lo mas importante, se desempeño como un exportador vital de equipamiento militar, especialmente aviones de guerra. En esos dias entre 1956 y 1967, todo llegaba desde Francia y esto fue vital a medida que nuestra poblacion crecia exponencialmente, con los refugiados llegando en masa desde el mundo arabe y Europa. Sin embargo, estas relaciones cordiales no se extendieron a sofocar la creciente amenaza de nuestros vecinos cuando comenzaron a soplar los vientos de guerra a mediados de la decada de 1960. El presidente egipcio Gamal Abdel Nasser habia comenzado a probar la determinacion de Occidente a resistir sus ambiciones imperiales. El hizo esto primeramente expulsando a las fuerzas de Naciones Unidas del Sinai, cerrando luego el Estrecho de Tiran y formando finalmente una coalicion con Siria e Irak. La falta de una reaccion seria dentro de la comunidad internacional dejo a Israel con una sensacion de abandono. Ni siquiera la intensa diplomacia de Abba Eban, y las constantes suplicas de ayuda, devengaron algun resultado. En las semanas que llevaron a la guerra, el pais estuvo paralizado. Todas las reservas habian sido convocadas y las calles y ciudades estaban vacias, salvo por los jovenes y los ancianos. Aquellos de nosotros esperando por la accion nos sentiamos extremadamente frustrados. Habia humor negro en el aire; la famosa broma que circulaba era, "La ultima persona en Israel apagara por favor las luces en el Aeropuerto Ben-Gurion?" Mientras los soldados se sentian profundamente frustrados, era peor para los que quedaban en casa. Habia tremenda ansiedad y tension entre aquellos cuya unica fuente de informacion eran los medios de comunicacion, los cuales informaban las amenazas de aniquilacion que congelaban la sangre emanando del mundo arabe. Ellos ya estaban siendo testigos del racionamiento masivo de comida, y muchos de sus vehiculos privados ya habian sido requisados por el ejercito. El Primer Ministro Levi Eshkol, aunque inteligente y politicamente astuto, carecia del carisma tan desesperadamente necesario en un lider en epoca de guerra. En mayo, durante un discurso del Dia de la Independencia en la base militar Hatzor, el dio un discurso tartamudo que hizo lo opuesto a instilar confianza entre aquellos de nosotros en el publico que estariamos en las lineas del frente de la guerra en ciernes. Mientras escuchabamos a Eshkol, muchos de nosotros estabamos nerviosos porque esta fuera la persona que estaba tomando decisiones de vida o muerte para nuestra nacion, apenas un par de decadas despues del Holocausto. Sin embargo, cuando llego la guerra, termino en unas pocas horas. Logramos una victoria extraordinaria contra los ejercitos que se habian amontonado en nuestras fronteras. Pero habiamos perdido a Francia, nuestro principal aliado, y Charles De Gaulle impuso un embargo de armas sobre Israel. Como una señal de enojo y desprecio por nuestra asombrosa victoria, Francia envio los vitales aviones de guerra Mirage 5 a Libia en vez de a Israel. En los dias que llevaron a la guerra, yo estuve involucrado en un reconocimiento como un piloto viajando a veces detras de las lineas enemigas para transmitir los movimientos de tropas a nuestros tomadores de decisiones. Yo hacia vuelos de reconocimiento en el frente sur, el cual era nuestra preocupacion mas grave en las hostilidades previas, pero cuando comenzo la guerra fui estacionado para hacer vuelos de reconocimiento en el teatro de Jerusalem, y aterrizaria todos los dias en una franja de aterrizaje que finalmente se convertiria en la calle Kanfei Nesharim. Es imposible poner en palabras la euforia total que reino una vez que la guerra fue terminada en forma efectiva y Jerusalem habia sido conquistada. Desde el humor negro de pocos dias antes, nosotros, el estado judio, no solo habiamos vencido a nuestros enemigos, sino que habiamos redimido nuestras antiguas tierras y capital eterna. Junto con otros dos pilotos, yo tome un avion ligero desde nuestra base en Sde Dov al campo aereo de Atarot. Alli tomamos un coche de fabricacion americana a Jerusalem y manejamos a traves de la Puerta del Leon a la Ciudad Vieja. Como la mayoria de las personas de mi generacion, yo no sabia como llegar a nuestros sitios santos asi que cuando vimos un hombre ultra-ortodoxo corriendo a traves de las calles, lo seguimos hasta que llegamos al Kotel. La Plaza del Kotel que conocemos hoy no existia, y debido a que el Barrio Magrebi tenia apenas unos pocos metros de ancho. Estaba sofocado con grandes multitudes que habian llegado para rezar y tocar estas piedras sagradas. El sentimiento de estar parado en este lugar, goteando de significado religioso e historico, fue indescriptible. Ser testigo de la liberacion fisiva de nuestros lugares mas santos fue algo que yo senti que tenia que hacer en la primera oportunidad posible. Yo puedo decir honestamente que este fue de hecho uno de los mejores dias de mi vida. La alegria pura del dia siempre ha permanecido en mi. A un nivel nacional, esos seis dias fueron tan importantes como cualquiera en la historia judia moderna, y su importancia resuena aun hoy, en mas formas que las que podemos contemplar plenamente. La Guerra de los Seis Dias nos dio algo vital para cualquier nacion, especialmente una tan relativamente joven y rodeada por enemigos. Si como declare antes, la guerra de 1956 nos dio la independencia, la guerra de 1967 nos dio soberania. Como resultado de la guerra, fuimos obligados a pensar en terminos de mayor independencia militar y economica. Nos habian enseñado la dura leccion que cuando las papas quemaban solo podiamos confiar en nosotros mismos, y comenzamos a construir nuestro pais nuevamente sobre esta comprension cruda. En el año 2013, podemos ver los frutos de esta politica. Aunque tenemos amigos en el mundo, especialmente Estados Unidos, nos hemos vuelto una superpotencia regional economica, de alta tecnologia, militar e innovadora. Nuestros logros pueden ser remontados en gran medida a esos seis dias en junio. Esos milagrosos dias, en gran medida sin precedentes en los anales de la guerra militar, no solo nos dieron nuestras antiguas tierras, sino nuestro futuro a largo plazo. Nuestra victoria y los territorios liberados estan eternamente vinculados con nuestros logros modernos y resistencia. Mientras la Guerra de Independencia en 1948 nos dio un estado, y la Crisis de Suez en 1956 nos dio independencia, la guerra de 1967 nos dio soberania, y ningun estado puede considerar su abjuracion. Estos fueron algunos de los mejores dias de mi vida, y los mas esenciales para nuestra nacion. El autor es el ministro de agricultura y desarrollo rural y un ex comandante en la Fuerza Aerea de Israel.